viernes, 5 de junio de 2009

TACNA, ¿SEGURA?


Todos sabemos que el hombre debe estar relacionado con un esparcimiento en donde pueda desenvolverse con normalidad y tranquilidad, pero realmente aquella tierra que nos vio nacer, Tacna, goza de ésta tranquilidad que acabo de mencionar, ¿realmente nos encontramos en un lugar en donde podemos desempeñar todas nuestras capacidades sin estar alertas de lo que pudiera suceder?, ¿si nuestros seres queridos se encuentran en buenas manos?, ¿si nuestras fuerzas del orden son efectivas para garantizarnos la serenidad?, ¿si el futuro de Tacna, nuestros niños, pueden realizar sus labores cotidianas sin ser atentados ni violentados en contra de su voluntad?, estas son algunas de las miles preguntas que Tacna se realiza y que tiene en espera su respuesta, sobre todo a sus humildes ciudadanos.

Uno de los aspectos centrales de la calidad de vida es disfrutar de seguridad, serenidad, tranquilidad, calma, certidumbre, certeza, garantía, confianza, que el hombre, su familia y otros allegados deben tener en sus actividades laborales, recreativas y en su descanso, y dado las actuales circunstancias sociales actuales esto se pierde en gran medida por el temor a ser objeto de algún acto delictivo violento, inesperado e incontrolable. Una adecuada preparación previa nos ayudará a sobrellevar mejor el incidente delictivo y además minimizar las eventuales secuelas posteriores que el mismo nos puede generar. Uno de los problemas fundamentales que se tiene en este tipo de circunstancias es no saber qué hacer, es decir no estamos adecuadamente preparados, pues en general tememos a que nos suceda, pero hacemos insuficiente prevención y no tenemos costumbre ni idea de cómo manejar la situación si tenemos la desgracia de que se concrete. Sí bien no podemos modificar el medio, al menos podemos tomar algunas previsiones para protegernos o para evitar incidentes delictivos, puesto que nuestras autoridades "competentes" no muestran acertividad en la lucha contra la delincuencia, el hurto, la violencia y varios males que mancillan nuestra seguridad. Es acaso necesario que nos ocurra algo desagradable para que recién la policía nacional muestre entusiasmo, es necesario que ocurra un asalto a un estudiante universitario, una violación a un niño o a una niña, un asesinato, una estafa o un robo como por ejemplo a colegios, a institutos, empresarios, mercadillos, etc., como no hace mucho le sucedió al mercadillo "Bolognesi" que simplemente las investigaciones quedaron en nada y entre otros para que mostremos cierta responsabilidad y luchar contra tanto mal. Si es así estamos pagando con mucha pena lo que menciono, pero aún eso las fuerzas policiales no se ponen la mano al pecho y nos apoyan, sino mas bien se comprimen y no saben ni que hacer, ni que decir con tanto mal, ¿es qué la inseguridad predomina en nuestra localidad?, es qué los amigos de lo ajeno van a seguir haciendo de las suyas, pues no es acaso suficiente escarmiento todo lo que sucede en nuestra querida Tacna, a pesar que la gente clama por justicia, por seguridad y es llevada a reclamarla y a gritar en las calles, en las afueras de nuestras instituciones, de nuestras municipalidades, de nuestro poder judicial, de nuestra gobernación, organizando marchas, organizando trincheras, para de esta manera reclamar algo que es verdaderamente bueno y de esencia justa, es tanto pedir aquello que se nos debe de encomendar por sumo derecho, si éste es el caso no debemos de retroceder, sino debemos de estar mucho más pendientes de los acontecimientos de nuestra sociedad, debemos de concientizarnos y de mostrar cierta madurez para afrontar éste problema, es hora de decir a voz alzada, !basta ya!, basta de tanto mal vivir, basta de tanta delincuencia, de tantos malhechores, es momento de organizarnos, es momento de mostrar que nosotros si podemos administrar la seguridad en nuestra localidad, momento de apoyar a las fuerzas del orden en conjunto, y no solamente juzgando su bajo desempeño, todo mundo sabe que si existe lo malo también existe lo bueno, así que si existe el mal ciudadano, también existe el bueno, si existe el mal policía, también existe un buen policía, a ello debemos de recurrir, acumulando lo operativo, lo que todavía se puede salvar, lo que todavía podemos hacer para trabajar juntos, para combatir la delincuencia, llegó el momento de purgar todo lo malo, todo lo que a veces nos avergüenza, desde el delincuente, al mal policía, al mal ciudadano y hasta el más alto funcionario que se esconde bajo las faldas de su poder, para de esta manera mejorar el orden, ganar más confianza, ganar la calidad de vida que nos merecemos, ganar la Tacna Heroica que todos queremos.





Concluyo entonces que una vez que todos nos tomemos de las manos como hermanos podremos estar orgullosos y libres para decir, como muchas veces expresé: "!Qué bella es mi cuidad!", y así afianzar nuestra seguridad como el sistema que nos indique que estamos libre de todo peligro, daño o riesgo, y que es, en cierta manera, justa y confiable.


Choque García, Edith Milagros.